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¿Y si legalizamos el teletrabajo?

¿Y si legalizamos el teletrabajo?

La pandemia por Covid-19 ha generado un problema en el ámbito mundial del cual aún se desconoce su alcance y consecuencias económicas. Pese a ese panorama -nada alentador- esta crisis nos deja un aprendizaje y valor agregado al mundo corporativo: trabajar desde casa.

Casi 9 meses desde que el mundo comenzó una nueva normalidad, donde mudamos todo un estilo de vida, de trabajo y más... a cuatro paredes, pero esta vez en nuestro hogar. Desde habitaciones, salas, cocinas y terrazas, millones de personas lograron adaptarse al teletrabajo.

 

Esta nueva modalidad laboral genera un sinfín de ventajas para los empleados, ya que permite quedarse en casa, estar con su familia, realizar labores del hogar, bajar los costos de transporte, entre otros.

 

Todo suena como un cuento de hadas, pero... ¿Cuántas horas dedicas en realidad al trabajo desde casa?

 

El estudio “Tecnología y el mundo laboral en evolución” realizado por Lenovo, muestra como los empleados reaccionan a la nueva normalidad. La mayoría de los encuestados señalan que se sienten “más conectados” a sus dispositivos electrónicos, que cuando estaban en la oficina.

 

Además, indican como un desafío la cantidad de horas continuas que trabajan desde casa, y la incapacidad de separar la vida laboral de la familiar. Estos hechos prenden las alarmas en muchas empresas, debido a la posibilidad de un sobrecargo de horas trabajadas, por el simple hecho de "estar en casa".

 

Otro tema que también dificulta las horas dedicadas al teletrabajo es la conexión a Internet. En especial, en los países de América Latina, región que en su mayoría se encuentra muy por debajo del promedio mundial.

 

Si a las tareas de teletrabajo, sumamos las necesidades de conexión a Internet de hijos en edad escolar y otros miembros de la familia, nos encontramos con un escenario que hace imprescindible mejorar los niveles de conectividad para atravesar esta situación.

 

En este sentido, Chile adelanta planes de conectividad durante la pandemia para garantizar Internet a las poblaciones más vulnerables. Otro país, que toma medidas ante las fallas de conexión, es México, sin embargo, las características estructurales dificultan las mejoras del servicio.

 

En el caso de Europa, especialmente España, ya hay una regulación para el teletrabajo. Entre los puntos a rescatar de este ordenamiento es que se considera trabajo a distancia cuando este alcanza un mínimo del 30% de la jornada laboral. Además, debe ser voluntario para el empleado y la empresa y considera el inventario de equipos necesarios para trabajar desde casa, la flexibilidad del horario, entre otros.

 

De esta forma, varios países del viejo continente comienzan a legalizar el trabajo a distancia, tomando en cuenta condiciones especiales para los trabajadores ante nuevos confinamientos debido a la segunda ola de la pandemia.