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El liderazgo va mucho más allá de delegar tareas y verificar su realización. Ser un líder se traduce en saber guiar a tu equipo en función del potencial de cada uno, es decir, incentivar, motivar, integrar y generar confianza para movilizar al personal, con un gran desempeño, hacia un objetivo en común.  

Adicional,  encontramos en la actualidad que muchas de las empresas incluyen a diferentes generaciones en su grupo de empleados. Las razones van más allá del aporte de distintas perspectivas, ya que lo que se busca son resultados finales más completos y de mejor calidad.  

Admitámoslo, cada generación tiene sus preferencias, puntos de vistas e ideales distintos; pero, la realidad es que en la diversidad está la magia. Entonces, ¿cómo un líder puede ser capaz de equilibrar a un grupo tan desigual cuando de generaciones se trata?  

Es complicado llevar a cabo estas prácticas con éxito. Por ejemplo, generalmente, es necesario fijar metas, roles y funciones; sin embargo, para los millenials esto no representa un punto de importancia. Para ellos, lo apasionante son los nuevos retos que se les presenta diariamente. He allí la disyuntiva de laborar con un equipo multigeneracional.   

Para lograrlo, en principio, es importante conocer dos conceptos primordiales:  

Liderar  

Marcelo Berenstein, periodista, emprendedor, escritor, empresario y conferencista español, asegura que “Liderar es inspirar a través de la coherencia, el respeto, la visión, la pasión, el coraje y el compromiso. Es también el arte de cultivar nuevos líderes. El líder no predica, actúa desde su dimensión humana, desde el diálogo y la escucha, desde la humildad, desde la acción coherente”. Con esto, debemos entender que el jefe de un equipo de trabajo no es, necesariamente, un buen líder. A veces es cuestión de seguir el organigrama. ¡Ser líder es mucho más que eso!  

Trabajo entre generaciones variadas 

 En la actualidad hay una mezcla de generaciones en casi todos los grupos de trabajo. La fusión está compuesta por Baby Boomers, nacidos entre 1946 y 1965; Generación X, nacidos entre 1960 y 1980, y Millenias, nacidos a partir de 1980.   

Los comportamientos, motivaciones y características de cada una son el gran reto para las organizaciones. Sin embargo, no permitas que esto se convierta en un obstáculo. ¡Vamos con los consejos!  

 Identifica la radiografía de tu organización y equipo 

Al reconocer cuáles son las piezas de tu grupo de trabajo sabrás con qué cuentas y podrás identificarás las debilidades y fortalezas fácilmente. De esta manera, será mucho más sencillo buscar las alternativas para integrar esta mezcla de aptitudes.  

¡Mucho cuidado! Evita catalogar y etiquetar a tus integrantes solo por su fecha de nacimiento. Siempre hay excepciones.  

Encuentra cuál es el motor de cada uno de los integrantes de tu personal 

Esto es una herramienta fundamental. Mueve a tu equipo. No todos tienen la misma motivación o los mismos intereses. Encuentra el motor que los incentiva a dar su mejor versión y así puedes identificar por dónde enfocar los objetivos y metas.  

Alinea tu estructura organizacional con los objetivos del negocio 

El tema en este punto es lograr calzar y ajustar cada gestión de talento para conseguir las metas del negocio. La idea es seguir las tendencias, sin dejar a un lado las necesidades de la organización.